Tras haberse conocido el último domingo el sensible fallecimiento del Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, sus restos fueron trasladados ayer desde su domicilio en Barranco junto a una comitiva que llevó su cuerpo al camposanto donde fue cremado.
Y es que se pudo conocer que tanto el escritor en vida, al igual que su familia, decidieron que hubiese funerales públicos y prefirieron darle el último adiós en absoluto privado.
Fue el premier, Gustavo Adrianzén, quien destacó que la última voluntad del autor de ‘Conversación en La Catedral’ y de sus familiares fue que no se realicen ceremonias públicas póstumas en su memoria.
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“Así es. Desde el Gobierno no hacemos sino respetar, primero, la que fue voluntad del propio Mario Vargas LIosa y, en segundo lugar, esta coordinación con la familia se efectuó ayer y, por eso, el decreto y las disposiciones que se han dado. Pero el respeto a la decisión de Vargas Llosa y su familia es absoluto”, indicó.
