Negocio de yuquitas tienen gran acogida

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Sigue el ejemplo de doña Dina de las famosas yuquitas de Palermo en La Victoria

No hay mejor de salir adelante que a base de trabajo y esfuerzo, y en eso los peruanos somos emblema pues existen miles de casos de emprendimientos en donde de por medio siempre está la dedicación, las ganas y la voluntad de crecer y desarrollar capacidades.

Un gran negocio que deja buenas ganancias son las yuquitas fritas, esas que se venden en las carretillas de las esquinas y que tienen alguito de azúcar que las hacen exquisitas.

Un ejemplo de emprendimiento de venta de yuquitas es el comercio que existe por casi 60 años en el mercado de Palermo en La Victoria en el barrio de Balconcillo.

Nos comentan que allí se venden 1,500 yuquitas al día y los fines de semana se duplican,  así que ya saben, 5 Yuquitas a 1 sol y quedas completamente satisfecho.

HISTORIA DE LAS YUQUITAS DE PALERMO

Tienen un sabor sin igual y al contacto con la boca, resultan suavecitas y calientitas, convirtiéndose en un manjar. Estas son las Yuquitas de Palermo, famosas por su antigüedad, su preparación exquisita pero por sobre todo por venderse dentro de un huarique de mercado.

El negocio se ubica dentro del Mercado C o o p e r a t i v o Balconcillo, en la Av. Palermo en el tradicional barrio de La Victoria. Cuenta con 59 años de antigüedad y a pesar del éxito, nunca se ha mudado de lugar, pues ese es el secretito de la felicidad.

Al llegar al puesto, una simpática señora nos recibió y nos dijo que el dueño Dionisio Nahuinñan, sólo atiende los fines de semana pero que ella nos podía contar la historia de las yuquitas pues tenía 22 años amasando el sabroso dulce.

QUIÉN PUSO EL NEGOCIO

Doña Dina Dávalos nos contó que el inventor de las yuquitas fritas fue el padre de Dionisio, también del mismo nombre y que su primer lugar de ubicación, hace 59 años, fue en un puesto ambulante de la calle Luna Pizarro en el barrio victoriano.

Ahora encontramos a la tercera generación de la familia preparando y atendiendo el puesto el cual, todos los días, es un lleno total pues el sabor de estas yuquitas es único.

Sólo una máquina gigante trabaja cientos de yuquitas cortadas en aceite vegetal, hechas con la misma receta a base de harina de yuca, leche y azúcar, receta inventada por el padre de Dionisio proveniente de Apurímac.

Las yuquitas se preparan al momento, lo que es garantía de frescura e higiene. Su sabor es similar al de un picarón pero sin miel y por alguna extraña razón caen muy bien en horas de la mañana. Doña Dina narró que sus yuquitas además de sabrosas, también son alimenticias porque contienen vitaminas.

DÓNDE LAS VENDEN

La mayoría de personas dedicadas a la venta de yuquitas dulces, las venden en carritos ambulantes, en los distintos barrios de Lima y pueden estar a cualquier hora. La porción suele ser de cinco seis yuquitas. El precio generalmente S/1.00 o S/1.50

Su sabor nos recuerda levemente a los churros, sin embargo, estos son de harina de trigo por lo tanto la diferencia es evidente. Creo que es imposible pasar por delante de un puesto de yuquitas fritas y pasar de largo. Sea la hora que sea, siempre caen bien.