Como hemos mencionado, las altas temperaturas producen deshidratación, por lo que nunca está de más llevar botellas de agua para mantener a los niños hidratados. Lo recomendable es llevar bidones o envases propios, así además evitamos comprar botellas de plástico que afectan el medio ambiente.
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Recuerda que los líquidos son esenciales en un paseo a la playa.
En caso se dirijan a un establecimiento playero que cuenta con servicio de alimentos, lo mejor es pedir zumos y jugos de frutas frescas para los más pequeños.